¡Llamemos al Santo!

Por: Lina Zerón
Hoy tuvimos tres dolorosos decesos en la familia. Así, sin más, sin previo aviso, amanecieron muertos. Rápidamente pensé que la chingada influenza los alcanzó también a ellos, pero no, no era posible, si los he cuidado tanto, si están bien alimentados, nunca los he sacado a la calle. Reconozco que no usaban cubre bocas, y tampoco guantes y que a veces los acaricio con las manos sucias. Mi otra hipótesis es que murieron por el virus mutado de la porquina política, pero no, nunca los dejé mirar la televisión y menos leer los periódicos.

Lo que haya sido, mis tres mascotas Ángel amanecieron inertes sobre la arena de la gran pecera y estoy muy triste, éstas son las únicas muertes de que puedo dar fe y les doy sus nombres: el pez Ángel, el más grande y fuerte, el negro, lo llamábamos angelito negro, qué poca imaginación, pero así es uno al ponerle los nombres a los que van naciendo en la familia. El pequeño rayado se llamaba: El cebra y el pez más hermoso de los tres, el plateado, le pusimos: Santo, como nuestro luchador, que fascinó a varias generaciones con sus películas como: Santo vs las mujeres vampiro; ese título sonaba un poco machista, el que las vampiros fuéramos mujeres, pero hay algo de cierto en eso. Santo contra el cerebro del mal, (1958) desde entonces ya se vislumbraba algo, uy, cómo no vive nuestro luchador mexicano para que les diera batalla a todos esos cerebros que quieren convertirnos en Animales amaestrados. Santo contra los hombres infernales (1958) ¿quiénes serían los de aquella época? Santo contra el Rey del Crimen (1961), ésta sí fue una película violenta que no permitieron ver a los niños de entonces, nada más que aquellos reyes del crimen serían párvulos en esta época. Santo contra el cerebro diabólico (1961) ¿La gran Sabina, reina de los hongos y adivinadora del futuro, les habrá hablado a nuestros guionistas mexicanos sobre George Bush, hijo?. Santo contra el doctor Muerte (1973) (coproducción con Estados Unidos), sin palabras y la que debería volver a ver para aprender algo sobre el tema y salvar a mis otros peces de la muerte sería: Santo en la frontera del terror (1979).

Sin lugar a dudas necesitamos a alguien como nuestro Enmascarado de Plata, el gran Santo mexicano para que saque la cara por todos nosotros en estos tiempos tan convulsivos.

Coyoacán, D.F. 2 de mayo de 2009