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Todos estábamos en una guardería subrrogada

Por Federico Arreola
Cortesía: Contactox
En las fotos: Luciendo modelos parisinos, Marcia Gómez del Campo y Sandra Téllez Nieves & CO., actualmente de shopping por las Europas (suelen irse a Tucsón, pero decidieron retirarse un poquito más para que no las moleste la chusma)
El diablo, dicen en Sonora, escogió personalmente "esa" guardería: la ABC de Hermosillo -del IMSS, subrogada, muy buen negocio para sus dueños durante años- para exhibir de una manera tan brutal las redes de corrupción panistas y priístas que han postrado a México.
Todos participaron. Los grandes empresarios sonorenses, siempre tan altaneros; los amigos, los colaboradores y hasta los parientes del gobernador Eduardo Bours: él mismo, un próspero hombre de negocios; dos o tres presidentes municipales de Hermosillo, ciudad paradigma de mal gobierno: desde luego los directivos más importantes del Instituto Mexicano del Seguro Social, otrora verdadero orgullo de los mexicanos, y sobre todo la hoy en día tristemente célebre señora Marcia Gómez del Campo, emparentada con Margarita Zavala Gómez del Campo -esposa, sí, de Felipe Calderón- y, ya no hay duda, la principal impulsora del programa de guarderías del gobierno federal.
Ha sido una de las peores tragedias que se recuerden en México. No es poca cosa la muerte, por asfixia o quemaduras, de 47 bebés, cifra que podría crecer ya que otros diez chiquitines se encuentran muy delicados. Fallecieron víctimas del fuego y el humo, sin duda, pero también porque los atacó la más grave enfermedad que padece el país: la corrupción que invariablemente está detrás de la irresponsabilidad con la que actúan los funcionarios públicos.
No es exagerado decir, claro que no, que el IMSS y las autoridades estatales y municipales actuaron con negligencia criminal. Y, peor aún, con cinismo. Un día después de la tragedia, el director general del Seguro Social, Daniel Karam Toumeh, dijo que la incendiada estancia familiar ABC cumplía con todos los lineamientos en materia de seguridad. Eso lo expresó con absoluta claridad.
Por cierto, Karam no fue tan contundente cuando la prensa le preguntó quiénes eran los propietarios de la guardería. Con impudicia extrema, manifestó no conocer el dato.
Pero si las autoridades guardaron silencio, la gente investigó. Utilizando al internet como su principal instrumento de indagación, los sonorenses dieron con los nombres. Y, también valiéndose de la red, los difundieron rápidamente. Los propietarios de la guardería incendiada -que no contaba con salidas de emergencia ni con extintores ni con rutas de evacuación-, los que la construyeron en una bodega industrial junto a instalaciones peligrosas, todos ellos eran empresarios y políticos. Y en tal grupo estaba Marcia.
¿Quién es Marcia? Como se ha dicho, una de las socias de la guardería. Se apellida Gómez del Campo Tonella. Y tiene otros dos nombres: Matilde Altagracia.
Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, sonorense de cepa, es hija del empresario Roberto Gómez del Campo Laborín, "uno de los más influyentes de Sonora", dijo el columnista Renegado Legítimo en www.sdpnoticias.com. Debe serio. Laborín se apellida la esposa del gobernador Bours, que es hermana del anterior director de Nacional Financiera, todo un personaje de las finanzas en Monterrey Pero la verdadera importancia de don Roberto le viene de su primer apellido: Gómez del Campo. El padre de Marcia Matilde Altagracia es tío de Mariana Gómez del Campo Gurza, la dirigente panista en el Distrito Federal, que a su vez es sobrina de Margarita Zavala Gómez del Campo, la esposa de Felipe Calderón.
Eso llevó a la gente de todo México a preguntar si Marcia y Margarita son parientes. Profesional en toda la extensión de la palabra, Carmen Aristegui -en MVS Radio- tuvo el buen tino de preguntárselo al gobernador Bours. Y éste, raro en un político, respondió con la verdad: sí, Marcia y Margarita están emparentadas. A partir de ahí, Marcia se convirtió en el personaje del momento en México. Y Bours, dicen los columnistas cercanos a Los Pinos, ha quedado completamente apestado.
Algo debió sospechar Eduardo Bours cuando, después de que lo había entrevistado Aristegui, fue invitado por Joaquín López-Dóriga a tratar el mismo tema en Radio Fórmula. Joaquín, normal en él, defendió a la esposa de Calderón por la vía de preguntarle a Bours por qué era importante, en términos de entender lo que había pasado en la guardería, que él diera a conocer el parentesco entre la socia de la estancia infantil ABC y la actual señora de Los Pinos. Bours, con sinceridad, dijo que él simplemente había respondido a una pregunta de Carmen Aristegui. Pero esta respuesta del gobernador de Sonora no era relevante. Lo que llamó la atención de muchos fue la actitud del conductor del principal noticiero de Televisa, que, una vez más, pero ahora sin guardar las formas, actuaba como vocero del poder. A López-Dóriga sus amigos le dicen Teacher (porque, se supone, es un maestro de periodismo). Lo será, pero por sus ganas de quedar bien con el gobierno federal "olvidó" que en asuntos periodísticos es elemental conocer los nombres de todos los -justa o injustamente- involucrados en un escándalo criminal, sobre todo si residen en la casa presidencial de un país. Por lo que se ve, a algunos periodistas el prestigio es lo que menos les importa.
Margarita Zavala Gómez del Campo, en su oportunidad, aceptó ante los medios el parentesco, pero negó conocer a Marcia. Esto significa que: o mintió Margarita o mintió Bours. Porque. al ser entrevistado por Carmen Aristegui, el gobernador sonorense dijo sobre la propietaria de la guardería ABC: "Marcia Gómez del Campo tiene un parentesco, entiendo, con la señora Zavala, efectivamente. Cuando ha venido aquí, a Sonora, la saluda. Hay una identificación familiar". Y fue eso lo que parcialmente intentó refutar la señora Zavala de Calderón cuando dijo: "Efectivamente, hay un parentesco... aunque yo no la conozco personalmente, (pero) tengo entendido que tenemos un bisabuelo en común".
Alguien miente. Porque el gobernador ha dicho que cuando Margarita visita Sonora "saluda" a Marcia Gómez del Campo, mientras que Margarita Zavala ha afirmado, sin negar el parentesco, que no la conoce. Para la mayor pena de Margarita Zavala Gómez del Campo, Julio Hemández, en La Jornada, citó una crónica de sociales publicada hace no mucho tiempo en El Imparcial de Hermosillo: "Rodeada de cariño, celebró 80 años de edad doña Mercedes Gómez del Campo de Zavala, madre de Margarita Zavala de Calderón, quien acompañada de su esposo, el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, y de sus hijos, arribó al festejo durante el cual se hicieron acompañar de familiares y amigos, entre los cuales estuvieron Jorge, Soledad, Marcia y Roberto Gómez del Campo, así como Carlos Gómez del Campo, Florencia Laborín, Marina Leyva de Gómez del Campo y Jerónimo Gómez del Campo, compartiendo este bonito evento familiar".
Margarita Zavala de Calderón debe, por lo menos, una explicación. Esto es: ella se ha metido en un gran problema, del que no se sabe cómo ni cuándo va a salir. En Los Pinos culpan a Bours por esta situación, y han decidido combatirlo, si se ha de creer en lo publicado por columnistas como Ricardo Alemán, cercanos al poder federal.
Dijo Alemán en El Universal: "Al intentar lavarse las manos como Pilatos, los presuntos implicados detonaron una guerra que repercutirá en las urnas. En esa escaramuza, el gran derrotado sería el PRI de Eduardo Bours, pero ganaría el de Manlio Fabio Beltrones, en tanto que se dañaría la relación entre Los Pinos y Elba Esther Gordillo (aliada de Bours). Todos conocen los detalles de la tragedia. Lo que pocos saben es que a horas de iniciada la indagatoria federal, en el escritorio presidencial se tenía un minucioso reporte sobre presuntas implicaciones de Bours y del alcalde Ernesto Gándara".
Según eso, en Los Pinos van por Bours. Pero no por el pecado de haber permitido la operación de la guardería en una zona peligrosa, sino por haber respondido a una pregunta acerca del parentesco entre la socia de la estancia infantil y la esposa de Calderón. Alemán lo explica: "El gobernador de Sonora era intocable gracias a la defensa de su aliada, la lideresa del SNTE. Pero a 48 horas del incendio, Bours pretendió 'curarse en salud' y para salvarse involucró a Margarita Zavala con los dueños de la guardería de la muerte. 'Ruin' fue lo menos que le dijeron. En contrario, apareció el 'cochinero' de su gobierno: su familia involucrada no sólo en la guardería, sino en la venta ilegal de terrenos, tráfico de influencias, nepotismo y negocios poco transparentes" .
El enojo en Los Pinos contra Bours tiene que ver también con la difusión que algunos de sus colaboradores hicieron de lo que Ricardo Alemán llama "un secreto bien guardado... que revela que la directora de guarderias del IMSS, Caria Rochín Nieto, fue llevada al cargo por Margarita Zavala, a quien conoció como diputada federal".
Eduardo Bours confirmó tal vez el dato esencial, pero los problemas de Margarita Zavala se los provocó ella misma al negar conocer a Marcia Gómez del Campo. Esto llevó a algunos periodistas a investigar el asunto. Como a Lydia Cacho, que no tiene dudas: "Una fuente dentro de la Sedesol me asegura", expresó en El Universal, "que el problema radica en la presión recibida desde Los Pinos para implementar guarderías en fast track. El tema, dice, responde a la agenda de Margarita Zavala".
Hasta los que han intentado defender a Margarita Zavala la han metido en problemas. Como Joaquín López-Dóriga, quien en su columna de Milenio simple y sencillamente no lució creíble: "El gobernador Eduardo Bours reveló que una de las dueñas era familiar de Margarita Zavala, pero no dio a conocer en qué grado, o si esa relación había sido la llave para que el IMSS le diera el contrato para operar la guardería, que se firmó en 2000. Esta relación familiar comenzó a desplazar; por intereses políticos, la gravedad del caso y la búsqueda de los verdaderos culpables de la tragedia".
El hecho es que en una guardería subrogada (operada por particulares y pagada por el IMSS) han muerto hasta ahora 47 bebés.
Todas las autoridades aseguran que están investigando y todas juran que castigarán a los culpables. Pero, una semana después del incendio, no ha pasado nada. O casi nada. Lo único que se ha sabido es que Arturo Leyva Lizárraga fue separado de su cargo como delegado estatal del IMSS, que renunciaron a sus puestos en el gobierno sonorense dos funcionarios que participaban entre el grupo de accionistas de la estancia infantil, y el anuncio del Instituto Mexicano del Seguro Social de que va a indemnizar a las familias de los bebés muertos.
Sobre esa indemnización, un lector de El Imparcial publicó en la sección de comentarios del sitio web de ese diario lo siguiente: "¡Qué generosos! Poco más de cien mil pesos por tu hijo muerto, o que va a quedar marcado de por vida o con problemas por el humo que inhaló. Nombre, felicidades al IMSS por tanta generosidad, y además les van a dar atención (pésima y como si te la regalaran o te hicieran el favor) de por vida. ¡Qué bárbaro! Estoy en shock por tanta generosidad".
Hasta ahí ha llegado la justicia mexicana en un caso en el que están claramente involucrados muchos ricos y muchos poderosos cuyas relaciones de amistad y hasta de parentesco llegan a Los Pinos. Por eso, inmediatamente después de la tragedia, el director general del IMSS dijo que la guardería cumplía con la normatividad, lo que tal vez era cierto, como explicó el psicoanalista Alberto Sladogna en www.sdpnoticias.com: "Tiene razón el Dr. Karam Toumeh, no miente: esa estancia estaba dentro del 'ABC' de la normatividad que impera en México desde hace muchos años, más de setenta".
En la normatividad mexicana, lo afirmó ya la PGR, nadie irá a la cárcel. Porque se trata, dijo la dependencia, de homicidio culposo. Si hay detenidos, no irán a prisión. Pagarán una fianza y saldrán libres. La muerte de 46 bebés víctimas de la corrupción de empresarios y políticos del más alto nivel no va a significar castigo para nadie. Es el México del PRI y del PAN. El México de la impunidad.
Pero, aún en este México echado a perder, hay héroes. Como las personas que con sus coches derribaron las paredes para poder rescatar a los niños que no podían huir del fuego por las salidas de emergencia, simplemente porque éstas no existían o estaban bloqueadas. Con esos héroes, y con otros, seamos optimistas, tendrá que ser posible echar a la mafia del poder. En 2006 estuvimos a punto de conseguirlo, pero nos robaron la elección. En 2012, si nos organizamos, lo vamos a lograr.

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