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Carlos Ahumada y Miguel De la Madrid: "¿Mi veldá?"

Cortesía: Antonio Marquet

José Cárdenas
Ventana
Tomado de
El Universal
15 de mayo de 2009

Pus

El sistema político supura. La herida nacional está infectada. La política, afiebrada, padece escalofríos, temblores y dolor. Los escandalosos libros de Ahumada y Madrazo y la entrevista de Carmen Aristegui con Miguel de la Madrid exhiben un cuadro patético: “Grupúsculos priístas (Beltrones y Gamboa) tienen secuestrado al país; se revelan degeneradas connivencias; extravío de la moral y la ética; confabulaciones con el panismo para atropellar el estado de derecho desde la cima del poder… el sistema de partidos está podrido”, alega Manuel Bartlett, ex secretario de Gobernación y ex aspirante a la candidatura presidencial, vencido por Carlos Salinas.

En los libros Derecho de réplica, de Carlos Ahumada, y El despojo, de Roberto Madrazo, se revelan las raterías y las mañas de los Salinas, abscesos de corrupción, venganza y sentencia contra otros ex presidentes (Zedillo y Fox) por haber pactado con el narcotráfico y pretendido la destrucción política de López Obrador. Miguel de la Madrid confiesa su decepción de Salinas, a quien acusa de fomentar una gran corrupción entre su clan, robarse media partida secreta y solapar el delito. El ex presidente reconoce haberse equivocado al designarlo como su sucesor. Tres ex mandatarios al cadalso, en sólo 48 horas y pico, en dos libracos y una gran entrevista.

Manuel Bartlett, hombre de pocos amigos, fue el autor de la caída del sistema en 1988 para lograr el arribo de Salinas al poder. Se tragó el sapo y los gestos de la adversidad; 21 años después, desde la sombra, toma revancha: “Salinas sigue en el comando de la política que ha llevado al país al empobrecimiento y a una situación desastrosa… estamos atrapados en la crisis provocada por el modelo neoliberal impuesto por él”.

Ayer se publicó un desplegado en el que Miguel de la Madrid aclara que sus respuestas a Carmen Aristegui carecen de validez y exactitud por encontrarse convaleciente de un estado de salud que le impide procesar adecuadamente diálogos y cuestionamientos. Como sea, con el respeto que merece un ex mandatario serio y honesto, la verdad desnuda fue dicha, aunque el propio De la Madrid pretenda justificarse públicamente por haber perdido la cordura y el pudor. ¿No se habrá echado para atrás por alguna suerte de amenaza?

Carlos Salinas, indignado, revira a Carmen Aristegui acusándola de abusar de la confianza de un hombre enfermo quien ha perdido un tercio de su función cerebral. T. S. Eliot, en Asesinato en la catedral, escribió: “Lavemos la sangre, lavemos las piedras”. Eso, para redimir un crimen en la casa de Dios. Pero ¿y los crímenes contra el país, que es la casa de todos?

Hoy, cuando hemos presenciado y padecido la vigencia del crimen oficial, la persistencia de una complicidad inacabada contra la nación, la ilegalidad, las trampas y las mentiras, apenas nos podemos preguntar cuáles piedras lavaremos primero. ¿Bañaremos con agua de rosas al monumento a la Revolución o rociaremos perfume al Ángel de la Independencia o cubriremos nuestra lápida con nubes de algodón? Y si eso hiciéramos, ¿lograríamos limpiar la política nacional? ¿Cómo lavaremos lo sucio, si está tan puerco? ¿Lo haremos, aunque sea de memoria?


Javier Solórzano
Vitral

Tomado de El Universal
15 de mayo de 2009

Que siempre no

Vicente Fox tuvo a tiro la revisión de las tropelías del pasado, que fueron el motivo para que la gente votara por él

Vicente Fox tuvo a tiro la revisión de las tropelías del pasado, que fueron el motivo para que la gente votara por él. Sin embargo, como muchas otras cosas en su administración, terminó por dejarlas al garete y ahora ya piensa cómo hacerle para que no lo manden a cuentas. Cabe que Fox no lo haya hecho como parte de negociaciones o de los jugueteos de la política, pero lo que es un hecho es que al final de su administración no pasó nada y como fin de fiesta terminó negociando con ese pasado del cual tanto renegaba, en buena medida para cumplir con su obsesión y la de su mujer de dejar fuera del camino a López Obrador.

El libro de Carlos Ahumada y la entrevista de Carmen Aristegui con Miguel de la Madrid, cada uno en su propia dimensión y valor, confirman que los fustigados hombres del pasado siguen teniendo una influencia profunda. La obsesión por el pasado deja en segundo plano las grandes discusiones sobre el presente y el futuro. Lugar donde aparece Salinas se da una irrupción brutal de la vida política y, como no han surgido opciones dentro de los actuales hombres del poder, del signo que sean, con facilidad pasmosa la dinámica política del país termina por concentrarse en el hombre que sería “mal visto en el San Ángel Inn”, según De la Madrid.

La entrevista-desentrevista de Aristegui con MMH y sus efectos muestran los hilos del poder en una de sus más profundas dimensiones. De la Madrid es un personaje que habla poco y gobernó más de lo que cree. Fue artífice del actual modelo económico y esta fue una de las razones que convirtieron a Salinas en su primera opción. Que no lo quiera ahora, aunque diga que no dijo lo que dijo, no tiene que ver con diferencias sobre el modelo de país, sino con presiones y complicidad. Quizá busca redimirse en el ocaso de su vida o soltar información que nunca se atrevió a presentar ante la autoridad. En tiempos de escándalo los actores buscan entre los que cumplen con el oficio periodístico a los responsables de lo que ellos han hecho, y además tienen la desfachatez de señalar a la periodista por “incurrir en abusos de las circunstancias clínicas de los declarantes”.

Es evidente que de nuevo Salinas está en la mira. No son casuales tantas críticas y voces en su contra al mismo tiempo, la importante tarea es el saber el porqué de ello. El poder de Salinas se consolidó a través de las redes políticas y empresariales que construyó. Le deben y él cada vez debe menos. Nadie se atreve a frenarlo, ni los panistas que han terminado por ser sus compañeros de “viajes”.

¡UUUUPPSSS! Se retiró varios meses para aprenderse de memoria las miles de fojas del caso. Dejó otros asuntos para dedicarse sólo a la liberación de su muy señalado cliente. Era para él un reto y lo logró, pero ahora se ha enterado de que la liberación tuvo un costo de 35 millones de pesos.

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