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Jóvenes ensayistas en torno a la obra de Sergio Pitol

En la foto: Sergio Pitol firma ejemplar a la joven ensayista Karla Olvera
Foto Sergio Hernández Vega
Andrés Timoteo Morales
Corresponsal
Jalapa, Ver., 29 mayo. “¿Un libro digital?, ¿qué es eso?”, soltó divertido el escritor y traductor Sergio Pitol al escuchar la pregunta sobre el avance de la Internet y los pronósticos aciagos que genera el espacio virtual en relación con las publicaciones elaboradas en papel.
“No son enemigos. La Internet y los libros más bien se complementan, pero tampoco son lo mismo; al libro se le lleva a casa, se le atesora, se le acaricia; a la otra (la Red) no”, aclaró el ganador del Premio Cervantes de Literatura 2005.
Como parte de las actividades del Festival de la Lectura que organiza la Universidad Veracruzana (UV), el pasado jueves se inauguró el quinto Encuentro de Ensayistas Jóvenes de Tierra Adentro, cuyo tema de este año consiste en rendir un homenaje a Sergio Pitol.
En ese contexto, el autor de El arte de la fuga negó que la producción literaria esté amenazada por la Internet como muchos se empeñan en profetizar.
“Claro que no, eso se afirma desde hace 10 o 15 años, cuando se comenzó a decir que el libro ya no existiría sino que será la Internet, pero eso no es cierto. Al contrario, ambos se complementan”, sostuvo.
Al respecto, Pitol aseguró que las generaciones que recurren al ciberespacio y sobre todo las que están interesadas en la literatura, “son llevadas forzosamente por la misma Internet hacia los caminos de la lectura; los obliga a leer”.

Que los jóvenes vayan a los libros

–¿Qué recomendaría a un joven, leer un libro de papel o uno digital?

–¿Un libro digital?, ¿qué es eso? –respondió Pitol sonriente.

–Un libro en la Internet, la lectura en la red frente a un libro hecho de papel.

–No son lo mismo. Un libro se lleva a casa, se le atesora, se le acaricia, se lleva con uno. Definitivamente no es lo mismo.

–Hay quienes hablan que producir libros de papel ya es sólo nostalgia.

–No, los libros no son nostalgia, son vivencia.

Por ello, Pitol resaltó la obligación de las universidades en la defensa y la elaboración de libros “de papel” y puso como ejemplo el quehacer de la Facultad de Humanidades de la UV, donde ha sido catedrático.
“Desde hace 10 años he visto el avance hacia los libros, eso hay que hacer, dejar que los jóvenes vayan hacia ellos.”
Sergio Pitol añadió que también desde la editorial de la Universidad Veracruzana se impulsa la producción de libros. “Ya tenemos una colección para los jóvenes y, en estos libros, ellos los leen, no se van a la bodegas”.
Coordinador de la colección Biblioteca del Universitario que ya cuenta con 30 títulos, Sergio Pitol anunció que en breve se incluirán otras 10 obras y entre ellas hay textos de Anton Chéjov, Molière, Mary Shelley y del mexicano Sergio Galindo.
De los autores por editar, adelantó –sin revelar el título– que su preferido es el dramaturgo ruso Chejov, “uno que no he dejado de leer”.

La salsa que adereza

Reunidos en la Facultad de Humanidades, los congresistas presentaron el volumen La línea de sombra, compilación de ensayos de aproximación a Sergio Pitol, elaborada por nueve escritores jóvenes coordinados por el autor veracruzano José Homero Hernández.
El título, explicó Homero Hernández, se hizo en referencia a la obra maestra de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, traducido por Pitol y uno de sus libros preferidos.
“Sergio es el narrador y ensayista más joven de su generación en nuestras letras. Este es un acto que rescata esa indeclinable juventud de Sergio con el amor de los jóvenes ensayistas, pero también es devolver en parte el aprendizaje que se ha tomado en el magisterio no sólo literario sino ensayístico de Pitol”, expuso.
Los ensayistas que participaron en La línea de sombra, agregó, esperan que el libro “permanezca más allá de una reunión de jóvenes en torno a Sergio Pitol, sino como documento, una especie de fotografía instantánea de un gran momento: convivir con él, ser contemporáneos”.
Por su parte, el escritor Rafael Antúnez comparó el quehacer literario y ensayístico de Pitol con el de un cocinero que mezcla, macera y deja reposar hasta crear el arte.
Pero va más allá, indicó, pues Pitol “contamina, invita, enseña con lo mejor que posee, su experiencia, su palabra, su visión, aquello que ha acumulado y guardado celosamente hasta transformarlo en literatura”.
Y contrastó la producción de Pitol y su magisterio ensayístico con el Garum, esa antigua salsa tan degustada en la Roma imperial.
Las obras de Sergio Pitol, describió, “son una salsa que adereza y vuelve mejor nuestras vidas”.

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